miércoles, 17 de febrero de 2010

Compromisos de Trabajo

A los directivos se les supone el compromiso, pero cada vez se espera -y se precisa- un mayor compromiso del resto de trabajadores con el proyecto de empresa. La verdad es que, cuando se intenta conseguir, no siempre se acierta. Mientras haya una sensible y bien notoria distancia entre el "nosotros"y el de "ellos" en las empresas, no puede esperarse que los compromisos respectivos sean comparables.


El compromiso intrínseco

El compromiso sí parece un eficaz catalizador del rendimiento; por eso no puede sorprender que a menudo se formule como destacado valor corporativo en grandes empresas: innovación, orientación al cliente, compromiso con los resultados… Obviamente, hemos de tener claro, en cada momento, con quién nos comprometemos y a qué. Cabe, desde luego, distinguir niveles generales de compromiso: “me pagan, trabajo”; “me gustan mis compañeros y mi trabajo, y lo hago lo mejor que puedo”; “me parece un proyecto estimulante y quiero formar parte de él”…
Esta última reflexión se relaciona con lo que denominamos “compromiso intrínseco”. Hemos de convenir en que el compromiso -como la motivación- es más profundo y determinante cuando genera voluntad intrínseca (exenta de “impurezas”), más allá del cumplimiento.

Una digresión
Tanto directivos como trabajadores, pueden parecer muy comprometidos con sus empresas sin que ello les impida buscar legítimamente otra, en que gozen, por ejemplo, de mayor poder o mayor beneficio económico. Pero las fugas también pueden estar lógicamente relacionadas con falta de confianza en el futuro de la empresa, o falta de sintonía con la Dirección. Si un individuo (equivocado o no) disiente de las ideas de la Dirección, no puede sentirse muy a gusto en la organización; en este caso, a veces lo que parece compromiso es simplemente sumisión o acatamiento. Ya se ve que la Dirección no sólo debe tener buenas ideas o estrategias, sino también comunicarlas de forma convincente al resto de la organización, si es que busca el compromiso colectivo.

Compromiso y rendimiento

No cabe esperar un elevado rendimiento construido sobre esfuerzos desalineados; sabemos que no se trata tanto de trabajar mucho, como de trabajar bien en la dirección establecida y generando los resultados deseados: si estuviéramos convencidos de que nuestro trabajo es bueno, está bien orientado, contribuye a los resultados y goza de reconocimiento, eso realimentaría nuestro compromiso y nuestra motivación, en beneficio del rendimiento.

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